Enfoque
Este trabajo expone los resultados de una revisión bibliográfica sobre los imaginarios sociales de carácter tecnológico sobre el cuerpo que se ha desarrollado en los últimos años, centrado en las ideas de transhumanismo como movimiento cultural, el poshumanismo como escenario y los cyborg como corporalidad.
A partir del intento de mejoramiento del cuerpo en 1960, Manfred Clynes y Nathan S. Kline definen el concepto de cyborg como organismos integrados por la biología y determinados medios tecnológicos. Con el tiempo ha llegado a reconocerse el primer cyborg real en la persona de Neil Harbisson. Surge así el cuerpo biotecnológico, integrado por la carne y la máquina; llegando a clasificarse los cyborg en función de del nivel de integración biotecnológico de cada uno de ellos (Gray, 2001). A partir de esta comprensión del cuerpo se desatan una serie de tecnofobias y tecnofilias que, en definitiva, empiezan a cuestionar qué es el ser humano.
En un intento de llevar más allá el intento de mejoramiento de la vida humana surge el deseo de alcanzar la inmortalidad, esta se convierte en la meta del transhumanismo. Este surge en un artículo de Max More en 1990, tras acuñarse el término que da nombre a este movimiento en 1957. En 1997 se crea la World Transhumanist Association, que en 2008 cambia su nombre a Humanity+. Esta redactó el Manifiesto Transhumanista que proclama los principios básicos de esta filosofía. Se expondrán las distintas modalidades del transhumanismo que abarcan desde la creación de cyborgs a la “descarga” de la mente de las personas en un hardware como puede ser un ordenador o una máquina.
El análisis de las posibles consecuencias del transhumanismo ha hecho que surja una gran polémica sobre lo que es el ser humano. Aparecen interrogantes sobre si es posible la existencia de un ser humano sin cuerpo, es decir, el cuerpo como algo virtual, textual, deslocalizado y fluido. Además, se plantean preguntas sobre hasta dónde se puede llevar la integración biotecnológica sin que se pierda la humanidad. Esto ha hecho que aparezca la noción de lo poshumano que, a partir de 1990, viene a proclamar la muerte del Homo Sapiens y el surgimiento de un humano que ha conseguido librarse de un cuerpo obsoleto para alcanzar el punto culminante de las posibilidades de mejoramiento alcanzando así la inmortalidad; manteniendo, al mismo tiempo, una serie de capacidades mejoradas en relación a las que podía tener el ser humano anteriormente, es decir, se ha logrado la singularidad tecnológica, elevando la condición humana mediante la creación de hombres-máquina que son, más que humanos, poshumanos. De nuevo, el transhumanismo y el poshumanismo han desatado una serie de críticas que se expondrán de manera somera.
Finalmente, se expondrán las reacciones que este tipo de movimientos han tenido desde el feminismo. Desde algún feminismo de proclama que el transhumanismo parte de una consideración del cuerpo como algo defectuoso y que si se interpreta desde el mejoramiento humano sin límite conduce a la cancelación de la categoría de mujer amparándose en la desaparición del sistema sexo-género, y la creación de una plétora de identidades sexuales elegibles a la carta por parte de las personas.
Sebastian Villasante Larramendi
Comentó el 12/04/2023 a las 23:49:52
Felicitaciones por su contribución. Agradecemos su respuesta a la pregunta y su contribución en la promoción de ideas prácticas. Le enviamos un cálido saludo.
Juan José Labora González
Comentó el 13/04/2023 a las 17:16:42
Gracias a usted por su amable comentario.
Juan J. Labora González
Mar de Santiago Pérez
Comentó el 12/04/2023 a las 17:28:28
Estimados: vuestro trabajo es de esas presentaciones/debates académicas que no dejan indiferente por la complejo y poliédrico que entraña la propuesta; mucha es la literatura reciente sobre la volatilidad de época que habitamos y por ello observar con gran angular la realidad en la que estamos inmersos sin renunciar a reflexionar sin los binarismo imperantes y explorar o tratar de acercarnos a las claves de la “otredad”. Parece oportuno repensar, reformular la dicotomía que encierra lo binario bio-social y sumar en el nuevo escenario esa suerte de mirada en “3D” contemplando la tecnología como otro eje que vertebra la realidad social. Muy interesante y oportuno el trabajo de revisión y los conceptos, incorporarlos y analizarlos. En algunas de las materias que imparto comienzo a trabajar con el alumnado el efecto de la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en algunos sectores de actividad y, sin duda, también me llamó la atención la advertencia muy reciente de los expertos de “reflexionar y parar” (me hizo pensar en la idea de "paréntesis de Gutemberg"). Me gustaría compartierais brevemente, si os parece oportuno, alguna opinión-reflexión sobre el papel los profesionales e investigadores de las ciencias sociales, las artes y humanidades, algunas líneas de actuación en este interesante y necesario debate sobre la transformación social y los efectos e impacto de la IA y, específicamente con respecto a la tecnificación del cuerpo. Muchas gracias.
Juan José Labora González
Comentó el 12/04/2023 a las 20:00:55
Hola Mar,
gracias por tus comentarios.
En relación a la inquietud que planteas creo que, en ocasiones, los/as profesionales de las ciencias sociales, humanidades y las artes, pecamos de un cierto complejo de inferioridad. Hago este comentario en el sentido de que son estos profesionales, y/o científicos, los que deberían de ser incluidos en los programas de desarrollo de la Inteligencia Artificial, dado que eso permitiría observarlo, y estudiarlo, desde la complejidad y teniendo en cuenta, además, las repercusiones sociales de este tipo de desarrollos.
Diferentes especialistas y técnicos han avisado de las posibles consecuencias de la Inteligencia Artificial, así por ejemplo, Elon Musk lo ha puesto de relieve en diferentes ocasiones. Y no se trata de ser catastrofistas ni de eliminar las posibles bondades que pueda implicar la IA. Pero, es cierto, que en un momento determinados Microsoft puso en marcha en Palo Alto un programa de desarrollo de IA y a los seis meses se tuvo que "desenchufar" y para el estudio dado que la IA desarrollaba lo que se describió como comportamientos y actitudes violentas y sentimientos de ira (más allá de que sea adecuado el uso de un lenguaje para describir los motivos de paralización que da la impresión de que es una antropoformización de las posibles reacciones que pudiese mostrar la IA).
Hoy mismo en La Voz de Galicia aparece un artículo en el que se informa de que el GPT chat está mostrando distorsiones en su funcionamiento y que países como Italia reclaman hacer una pausa y repensar los desarrollos de la IA.
Ante una situación así, creo que los equipos que analicen la IA, y los proyectos de desarrollo, tienen que ser lo más multidisciplinares que se pueda y creo totalmente necesario incluir personas venidas de la filosofía, las ciencias sociales, la informática, la neurociencia, etc. cuanta más variedad tenga el perfil disciplinario de las personas que trabajen en los posibles organismos públicos reguladores de este tipo de cuestiones mayor riqueza tendrán las valoraciones que se puedan llevar a cabo. De ese modo, se podría poner en marcha una IA que vaya a favor del ser humano y no una IA que genere, como está pasando algoritmos con sesgo de género, con sesgos en cuanto a la etnia de las personas, o que arrase, sin contemplaciones con las posibilidades laborales de los seres humanos.
El asunto es complejo, pero apasionante como lo es, al menos para mí, la filosofía de la mente y la neurociencia, que no deben de ser incompatibles a la hora de desarrollar herramientas e instrumentos seguros, éticos y no discriminatorios.
Saludos,
Juan J. Labora González
Mar de Santiago Pérez
Comentó el 13/04/2023 a las 15:09:23
Muchísimas gracias por tu completísima respuesta Juan! También tuvo ocasión de leer la noticia a la que te refieres, y como siempre estoy totalmente de acuerdo contigo en él contexto de este debate. Saudiña!!!
Diego Palacio Enríquez
Comentó el 11/04/2023 a las 14:15:25
Saludos, gracias por un trabajo tan interesante.
Quería saber cómo se vincularía como posible línea de investigación, parte del trabajo de "el cuerpo sin órganos" Deleuze/Spinoza con el transhumanismo. Sé que ya se ha tocado brevemente el tema pero agradecería una pequeña reflexión de nuevo.
Un saludo y gracias por el trabajo.
Juan José Labora González
Comentó el 11/04/2023 a las 19:37:16
Hola Diego,
en primer lugar, agradecer el interés.
En realidad el transhumanismo, partiendo de los desarrollos de parte de este movimiento, haría obsoleta la noción de cuerpo. El ser humano dejaría de ser un ente "encarnado". Parte del movimiento transhumanista defiende la "descarga" de la mente en computadores u otros dispositivos tecnológicos. En el fondo de estos planteamientos se habla de la "muerte de la muerte", es decir, una vez descargada la mente de una persona en un dispositivo, esta se podría guardar para siempre. Desde este punto de vista el ser humano, o lo que fuéramos entonces, no necesitarían un cuerpo; se entiende el cuerpo como una estructura que a lo largo del tiempo se ha deteriorado, es decir, o ha cumplido satisfactoriamente con sus funciones a lo largo de la historia generando discapacidades y disfunciones en la vida de las personas. Otra cosa sería el planteamiento de si un ser humano puede ser un ente desencarnado. Todo esto, a su vez, conduce al dilema de si la mente es una funcionalidad de la estructura biológica de cerebro (este sería el planteamiento de autores como Antonio Damasio), o si la mente se asienta en una estructura biológica, pero requiere de procesos, sinergias, etc. que la exceden en un momento determinado. De alguna manera, estamos hablando del clásico dilema entre el dualismo cartesiano o la negación del mismo.
Otra parte del transhumanismo no lleva tan lejos los planteamientos y se queda en una defensa "débil" del imperativo del mejoramiento humano. En este caso, se reclamaría la hibridación de la biología con los dispositivos tecnológicos creando cíborg. En este caso, tendríamos un cuerpo modificado, e hibridado. Cambia la consideración del cuerpo como estructura biológica, que pasa a ser una estructura bio-tecnológica. Ante este tipo de planteamientos, desde la ciencia social podríamos decir que este tipo de planteamientos adolecen de un terrible reduccionismo. El cuerpo, incluso hoy en día es una estructura biológica, pero es sometido a procesos de construcción social que pueden llegar a producir disfunciones muy importantes, piénsese en el caso de las muchachas, y muchachos, con algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, que aún pudiendo tener un cuerpo deteriorado y reducido a su mínima expresión pueden percibirse como personas obesas debido a la alteración de la percepción de su imagen corporal. Al fin y al cabo, el cuerpo genera identidad, algo reconocido hace tiempo. En la tradición fenomenológica que inicia Husserl y continúa Heidegger en su famoso Seminario de Zollikon, se utilizan los conceptos de Körper y Leib, para distinguir el cuerpo físico del cuerpo vivido.
Así pues, los planteamientos del transhumanismo llevados al extremo conducen a la obsolescencia del cuerpo y a lo que determinados trashumanistas llaman el fin de la muerte. Más allá de las polémicas que ha desatado este tipo de planteamientos.
Muchas gracias,
Juan J. Labora González
Olga Namasembe
Comentó el 11/04/2023 a las 12:30:20
Muchas gracias por tu presentacion. Es un proyecto muy fascinante. ¿Podría comentar más sobre las críticas al transhumanismo con respecto a sus implicaciones éticas y morales desde una perspectiva global teniendo en cuenta los contextos fuera de Europa? Una vez más, muchas gracias!
Juan José Labora González
Comentó el 11/04/2023 a las 19:18:56
Hola Olga,
gracias por el comentario.
Para empezar el planteamiento del movimiento transhumano sería de carácter global, dado que afecta al ser humano -y lo que sea este-, encuentre dónde se encuentre.
Ahora bien, los motores económicos, e ideológicos de este movimiento se encuentran -sobre todo-, en la Universidad de Oxford y el Silicon Valley de California. Allí se concentran los teóricos más influyentes y la mayor inversión financiera para llevar adelante las expectativas del transhumanismo.
Desde fuera de Europa, el planteamiento no está teniendo tanta repercusión, a no ser la vehiculada por el ciberfeminismo, pero desde una perspectiva teórica. Asumiendo, desde este punto de vista las posibilidades emancipadoras que puede provocar la hibridación tecnológica en relación a determinadas opresiones que se vienen dando sobre las mujeres en algunos países. En este sentido, el problema podría venir de los requisitos financieros que pueden necesitarse para acceder a la hibridación y que esta produzca el mejoramiento de las poblaciones. Así pues, desde este punto de vista, las dificultades para acceder a determinadas tecnologías puede llegar a funcionar más como una condición social a sumar a las vulnerabilidades que determinadas poblaciones ya vienen sufriendo desde hace tiempo.
Así pues, la necesidad de reclamar límites éticos a la ciencia, que se impongan desde fuera de la propia ciencia, se reclama con fuerza, tanto desde dentro, como desde fuera del propio transhumanismo. La autoregulación de la ciencia no funciona y se pone como ejemplo el caso de como está funcionando la ciencia en China. El oscurantismo en los experimentos y las investigaciones que se llevan a cabo son legendarios. A esto se suma el que tanto en este país, como en muchos otros, existen investigadores, e investigadoras, que se plantean que si algo es posible hacerlo tecnológicamente, hay que hacerlo. El límite en ese sentido sería el uso que se hiciera de los nuevos instrumentos, herramientas y dispositivos tecnológicos. Ante algunas acciones, o investigaciones, que investigadores/as chinos han comentado en entrevistas o en artículos científicos, la comunidad científica ha pedido explicaciones, pero estas nunca llegan o se niega la mayor sin mayores explicaciones. Por otro lado, la legislación impone ya hoy en día límites a las investigaciones a realizar (por ejemplo, dentro de la genética), pero se desconoce de si estos límites se cumplen o son funcionales dado que gran parte de la información se desconoce.
Espero haber respondido a sus dudas.
Muchas gracias,
Saludos,
Juan J. Labora González
Javier Seijo Villamizar
Comentó el 11/04/2023 a las 03:57:22
Buen día Juan y Enrique,
muy interesante vuestra aportación. ¿Habéis contemplado el problema de la alfabetización digital en esta era de los cyborg?, ¿como evolucionaría esta temática? ¿Y cómo las máquinas pueden ser impedimentos para el cambio social? Un cordial saludo, Javier Seijo
Juan José Labora González
Comentó el 11/04/2023 a las 10:15:06
Hola Javier,
gracias por tu comentario.
La verdad en lo que llevamos leído sobre este tema no ha aparecido, ni colateralmente, el asunto de la alfabetización digital. En cualquier caso, leyendo de estos asuntos lo que más puede preocupar de entrada es la situación de desigualdad en la que pueden quedar "atrapados" determinados sectores de la sociedad debido a las dificultades de acceso al hardware o a la formación para el uso del software.
Hay que tener en cuenta que hablas de máquinas, pero en este tipo de contexto, y siguiendo las demandas del movimiento cíborg la noción de máquina habría que revisarla ya que, en realidad, estamos hablando de que estas estarían hibridadas con el soporte biológico, asumiendo, por así decir, una identidad humana que pasaría a ser cíborg. Siguiendo con esta argumentación todo cambio social puede suponer una oportunidad, un peligro/riesgo, o ambos. En los últimos tiempos la medicina ha conseguido mejorar la calidad de vida y aumentar los años del decurso vital de las personas. Y la digitalización, para algunas personas, ha supuesto una mejora en sus vidas. Ahora bien, debemos ser conscientes de que esta misma digitalización ha creado la llamada brecha digital y está provocando que algunas personas y grupos sociales se queden al margen de este tipo de procesos. Esta situación puede generar procesos de marginación o exclusión digital que generen nuevas discriminaciones. Así pues, la tecnología puede ser un activo social o puede convertirse en el nuevo obstáculo para la mejora de la vida de las personas o de países completos. Pensemos en lo que este tipo de procesos pueden suponer para los países en vías de desarrollo.
Muchas gracias,
Juan J. Labora González
Olga Namasembe
Comentó el 12/04/2023 a las 11:50:44
Si, has respondido bien a mis consultas. Muchas gracias Juan.
Juan José Labora González
Comentó el 12/04/2023 a las 19:37:34
De nuevo agradecer el interés demostrado por la investigación.
Saludos,
Juan J. Labora González
Miguel Lopes Neto
Comentó el 10/04/2023 a las 18:12:22
Muchas gracias por la interesante y profunda reflexión que me ha entusiasmado, soy estudioso de los fenómenos relacionados con la sociedad red, la teología y la comunicación.
Me gustaría hacerle una pregunta muy directa y corta, pero para la que pediría su reflexión: ¿cuál es el lugar de Dios y de la Fe en esta sociedad trnashumanista que nos ha presentado?
Muchas gracias y le deseo lo mejor en su trabajo.
Juan José Labora González
Comentó el 10/04/2023 a las 18:34:55
Hola Miguel,
en primer lugar, gracias por sus comentarios.
En segundo lugar, dos apreciaciones de principio. Como científico parto de la idea de que en determinadas cuestiones no es adecuado mezclar a Dios o las creencias personales de cada uno con los planteamientos científicos que deben de basarse en la búsqueda de la evidencia que valide los resultados obtenidos. En segundo lugar, aunque a lo largo de mi formación he estudiado alguna asignatura ligada a la filosofía de la religión, carezco de suficientes conocimientos como para poder responder a su pregunta.
En cualquier caso, si una persona determinada tiene una creencia en un determinado Dios, también dependería qué forma asuma este: un dios personal, un dios fundamento de la realidad, etc. También es cierto que casi todas las religiones llevan implícitas una serie de códigos morales. El peligro de determinados transhumanismos es llevar al extremo el mejoramiento humano, pero ¿qué es ser un ser humano? esa pregunta se puede responder, en todo caso, desde una determinada creencia, que pueda llevar implícitas una serie de límites morales. Ahora bien, el problema lo veo en darle encaje científico a la esfera de las creencias personales, que son respetables, pero que no tienen por qué ser necesariamente compartidas o asumidas por el resto de las personas.
En cualquier caso, gracias por el interés mostrado.
Juan J. Labora González
Manuel Fandos Igado
Comentó el 10/04/2023 a las 10:23:09
Hola Enrique y Juan José.
Parece muy interesante vuestro trabajo. Me preguntaba si, en vuestras lecturas o revisión bibliográfica no hay o no habéis encontrado trabajos con una mirada focalizada en los aspectos que pueden afectar a la teología o a la ética o a ambos. Creo que estas cuestiones abren horizonte de lo que hoy podría llamarse 'teología de frontera' al abordar aspectos esenciales y que ni siquiera pudieron imaginarse por los grandes teólogos del pasado, y por lo tanto, que plantean retos a los de hoy. ¿Alguna pista al respecto? ¿Habéis leído algo, por ejemplo, de Fancisco José Génova Omedes, un sacerdote - teólogo aragonés que aborda este asunto? Os lo sugiero.
En todo caso, muchas gracias y buen trabajo.
Juan José Labora González
Comentó el 10/04/2023 a las 18:47:13
Hola Manuel,
aunque como comentaba al anterior congresista, el campo de la teología me queda muy lejos, le echaré un vistazo a la referencia que me sugiere. En la revisión que realizamos no sondeamos las intersecciones de este fenómeno con la teología así que, sintiéndolo mucho, en ese sentido no puedo aportarles nada más.
En relación a la ética, evidentemente esta se "discute" desde el propio transhumanismo. Aunque como creo que comentábamos en la presentación el transhumanismo es un movimiento muy heterogéneo y las posturas no coinciden, Hay transhumanismos de base humanista y que critican al humanismo clásico ya que lo consideran antropocéntrico y que dejó al resto de las especies, tradicionalmente, más allá de posibilidad de ser amparadas por los derechos humanos universales. Por contraste, otros transhumanismos, tienen una base antihumanista. Se basan en las posturas posmodernas que arrancan de Foucault y que, más tarde, desarrollaron Deleuze y Derrida. El hombre como constructo de dominación que arranca del nacimiento de las ciencias sociales.
En todo caso, el transhumanismo, por un lado, critica la noción de naturaleza humana y con ella, algunos teóricos/as arrasan con la noción de dignidad de la persona tal como la desarrolló Kant. Esto pone en cuestión gran parte de las escuelas éticas "tradicionales".
Bien es cierto, que muchos autores defienden la necesidad de marcar límites éticos al movimiento transhumanista, pero no me he encontrado con intentos serios de desarrollo. Aunque, sí se reclama la garantía en el acceso al mejoramiento de toda la población y que no quede reducida a un sector privilegiado de la población debido a su capacidad económica. Además, se reclama que esas medidas impregnen los sistemas sanitarios de los países y las políticas públicas de los distintos estados. En este sentido, Nick Bostrom suele hacer hincapié en sus publicaciones en este tipo de "avisos", pudiéndose revisar cualquiera de las referencias citadas en la presentación.
Gracias por el interés mostrado.
Juan J. Labora González
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