Enfoque
En la sociedad del siglo XXI la imagen ha adquirido una potencia inusitada hasta nuestros días. La digitalización de la comunicación no ha venido sino a corroborar esta afirmación. Prensa tradicional y digital, televisión y, sobre todo, redes sociales son el mejor escaparate para comprobar el peso que la imagen ha adquirido en cualquier ámbito de la comunicación, muy especialmente en el ámbito político.
Las imágenes siempre se han utilizado para contar relatos, para captar momentos y esencias de la historia. Son y han sido siempre parte del storytelling de cualquier acontecimiento. Sin embargo, descontextualizadas, manipuladas o retocadas también sirven para documentar relatos tergiversados e incompletos, engrandecer o minimizar protagonistas o crear falsas historias. En definitiva, para desinformar.
Si bien lo señalado hasta ahora tiene reflejo en cualquier ámbito comunicativo (claro ejemplo de ello ha sido el ámbito sanitario durante la pandemia por COVID-19), se engrandece en el de la comunicación política, donde la imagen puede entenderse en una doble vertiente. En el plano meramente visual (fotografía o vídeo) la manipulación de una imagen puede servir para destrozar una carrera política y en el plano de construcción de personajes y relatos para encumbrar como líder a un desconocido.
En la década de las fake news políticas, no podemos obviar que la imagen y su uso forma parte de estas y, por tanto, invitamos a aportar comunicaciones en las siguientes líneas temáticas.
Líneas temáticas:
- Imagen y poder político
- Imagen y fake news
- Candidatos electorales e imagen política
- Campañas políticas y manipulación mediante imágenes
- La construcción y evolución de la imagen de líderes políticos
- Redes sociales y manipulación política visual
- Manipulación visual en prensa, televisión y medios digitales